El joven convicto no se ha portado bien y tiene una cita con el alcaide. Es hora de reeducarlo con unos buenos y duros golpes de polla. ¡Y te damos las gracias, pequeño bastardo!
Cuando los chicos se portan mal, los meten en la cárcel. Cuando acaban en la misma celda, se vuelven aún más traviesos... ¡Se follan mutuamente!
En un centro de detención para delincuentes, dos jóvenes aprovechan la ausencia del guardia para follar. El ansia es palpable: se tiran uno encima del otro para comerse la polla y hacerse correrse como nunca.
Dieciocho años y ¡ya están encerrados! Tres chicos acaban en la misma celda de una cárcel para jóvenes delincuentes. Uno es designado para tomar las pollas de los otros. Lo escupen y lo cubren con su carga caliente.