Él ve un semental muscular con una corneta enorme en la calle y hace exactamente lo que su buen amigo le dice que haga: ve a buscarlo. Unas pocas palabras para asegurarle que puede pasar un buen rato y la pareja se va a su piso. ¡El pequeño está listo para ofrecer su boca y su agujero a cambio de un bocado de esperma!