Cuando Leo Luckett acepta que el agente inmobiliario Dalton Riley organice una jornada de puertas abiertas, lo hace dejando de lado su sórdido pasado. Es cierto que Dalton y Leo tuvieron una mala relación, pero Leo necesita vender su casa y Dalton dice tener un comprador. Pero después de esperar durante casi una hora, Leo empieza a sospechar y Dalton finalmente confiesa que nunca hubo un comprador. La reunión la organizó como una excusa para ver a Leo. Leo se enfurece y se lo hace saber a Dalton, que comienza a salir furioso una vez más. Leo lo persigue y, por alguna razón, Dalton da un giro de 180 grados y se disculpa con Leo por todo lo sucedido. Eso es todo lo que Leo necesitaba oír, y casi instantáneamente, los dos pasan de pelear a follar. Dalton presiona a Leo contra el hueco de la escalera mientras introduce sus manos en los pantalones de Leo, bajando la cremallera de los suyos mientras Leo cae de rodillas. Leo le da a Dalton la cabeza que le faltaba desde que rompieron, y cuando Dalton le devuelve el favor, Leo se pregunta por qué se separaron en primer lugar. Mientras Dalton desliza su polla en el agujero de Leo, éste se pregunta lo mismo, y mientras follan por toda la escalera, la química que comparten parece haber resistido la prueba del tiempo, mientras Dalton araña el agujero de Leo antes de llenarlo con su polla reprimida. La libera por todo el agujero de Leo, mientras éste se corre por la penetración, y mientras los dos se quedan allí recién reunidos, la puerta se abre y un posible comprador echa un vistazo.
