AARON XANDERS y LUKE BENNET están tan compenetrados que es como si no supieran que nuestras cámaras están ahí, incluso cuando nos acercamos tanto a ellos como ellos entre sí.
Desde que se meten la lengua en la garganta hasta que Luke le hace una garganta profunda con maestría a la enorme polla de Aaron, pasando por la paliza implacable que recibe de esa polla monstruosa, a estos cabrones cachondos solo les importa una cosa: empujarse el uno al otro cada vez más alto hasta alcanzar el placer y la liberación definitivos.
Una escena de Paul Morris.